Es una de las interrogantes a la hora de identificar si una mujer llegó realmente al orgasmo: “No me vine porque no boté mucho líquido”, “tuve un orgasmo brutal, mojé toda la cama, pero antes tuve que tomar mucha agua”, “¿una mujer eyacula? ¡Pensé que era cosa de hombres nada más!”, y así un sin fin de dudas y creencias que muestran cuanta confusión hay respecto a este tema.

Hoy te queremos aclarar las diferencias entre eyaculación femenina, squirt y orgasmo femenino, ¡sí!, son tres cosas distintas.

La eyaculación femenina

El griego Hipócrates y el mismo Kamasutra ya han hecho referencia en sus escrituras al «semen» femenino. El médico griego pensaba que este líquido ayudaba a crear niños. El manual indio sobre sexualidad contenía una descripción detallada de cuándo debería esperarse y por qué.

¡No es orina! Todavía hoy en día hay artículos que aseguran que es pis, y pues, esa eyaculación es la expulsión de un líquido vaginal que les ocurre a algunas mujeres antes o durante el orgasmo, generada en las glándulas de Skene, que es la próstata femenina. Su color es blanquecino y su textura es espesa.

Sin embargo, según algunos de estos artículos que erronamente aseguran que es lo mismo que squirt, hay otros estudios han probado que el fluido de la eyaculación femenina contiene orina y una combinación de otros fluidos. ¡He allí la contradicción!

El squirt

Aquí sí nos vamos a referir directamente al pis, el squirt es la expulsión de un líquido diluido desde la vejiga urinaria, saliendo por la uretra, y su consistencia es más líquida y abundante, similar al agua.

De hecho, muchas personas experimentadas, recomiendan beber abundante agua y aguantar las ganas de orinar antes del acto sexual para conseguirlo de manera más fácil. Incluso algunas actrices porno suelen beber mucho o usan duchas vaginales para llenarse de agua y después, mediante la contracción de los músculos vaginales, poder simularlo.

El orgasmo

Este es el punto más alto de la excitación femenina, porque es donde se descarga toda la tensión sexual y se manifiesta con una serie de acciones involuntarias como contracciones en tu canal vaginal, es decir, los músculos perivaginales y perineales se contraen rítmicamente e involuntariamente; aumenta la frecuencia cardiaca y respiratoria, se dilatan las pupilas y por supuesto, ¡hay la sensación de un placer intenso!

Durante este punto, se libera la oxitocina, conocida como “la hormona del amor”. Es importante destacar, que el orgasmo no necesariamente debe venir acompañado con un squirt o con una potente eyaculación en el caso de la mujer.

También vale acotar que existen el orgasmo vaginal y el orgasmo clitoriano, este último el que se produce la grandísima mayoría de las veces. También se puede producir por otros estímulos como el de los pezones, durante el sueño (esto debido a la máxima relajación del cuerpo y mejor circulación de la sangre), inducido por el ejercicio (en particular el levantamiento de pesas o el entrenamiento abdominal) o por estimulación del ano (recordando que el clitoris es inmenso y puede llegar a medir hasta 10 cm durante el grado de excitación y eso abarca toda la vagina hasta la entrada del ano).

Para cerrar, lo importante aquí es entender que para saber que recibiste una buena sesión de sexo, es porque llegaste al orgasmo. Que eyacules o tengas un squirt ya es un extra, los cuales pueden ser un plus excelente, pero no son el objetivo, por lo tanto, que no ocurran durante o antes del orgasmo, no quiere decir que el acto sexual sea malo. Malo es que no sientas placer al hacerlo y de eso se trata, de disfrutarlo.